Uno de los puntos más intensos del Gran Premio de México fue la batalla entre los dos pilotos de Mercedes. George Russell estaba por delante tras la primera parada, pero unos daños en el alerón delantero le hicieron perder ritmo. Eso lo aprovechó Lewis Hamilton para pegarse a su compañero de equipo y comenzar una divertida batalla.
El heptacampeón del mundo se llevó finalmente el gato al agua, y reflexionó sobre ello después de la carrera. «Es bastante sencillo, ninguno de los dos somos tontos. George es realmente inteligente, limpio, y es muy bueno colocando su coche, y creo que yo también», comentó el británico para la página web de la Fórmula 1.
Hamilton se tomó la batalla con Russell de forma parecida a como si fuese un piloto de otro equipo. «Cuando el equipo aparece por la radio y dice que lo mantengamos limpio, es como, ‘por supuesto’. No es muy diferente a cuando peleas con alguien más. Simplemente, es tu compañero de equipo, así que tienes que hacerlo con doble cuidado porque los dos queremos terminar la carrera».
En cuanto a la carrera en general, Hamilton acabó satisfecho con la cuarta posición final, a pesar de un comienzo con mal ritmo. «Tuve un primer stint realmente malo, quité demasiado alerón delantero del coche y tuve un subviraje enorme. Después de mi parada pude rectificarlo, y luego tuve mucho mejor ritmo. Pude empujar y seguir adelante, y conseguimos buenos puntos».
Su compañero, George Russell, también acabó relativamente satisfecho, aunque lamentaba los daños en el alerón que le hicieron caer. «El ritmo parecía bastante fuerte en el primer stint, pero cuando salí de boxes detrás de Piastri, el flap izquierdo del alerón delantero colapsó por completo en mitad de la recta. Me topé con este bache y eso probablemente me costó tres o cuatro décimas —por vuelta— durante el resto de la carrera. Fue complicado aguantar durante 40 vueltas. Esta quinta posición probablemente la habría firmado después del viernes».