El GP de Australia estuvo marcado por la gran cantidad de accidentes y banderas rojas, que perjudicaron a algunos equipos como Mercedes.
La primera de ellas la provocó Alex Albon en la vuelta siete, tras sufrir un accidente que dejó grava en el trazado y algunas piezas de fibra de carbono. La segunda fue obra de Kevin Magnussen en las últimas vueltas al tocar el muro de la curva dos y perder una rueda. Tras una resalida a falta de dos vueltas, múltiples pilotos sufrieron accidentes, salida de pista y trompos.
El problema de Mercedes vino con la primera de las banderas rojas. George Russell realizó su parada durante la bandera amarilla, que precedió a la roja una vuelta después. Junto a él también paró Sainz. Mercedes paró a uno de sus pilotos y dejó a otro fuera para diversificar estrategias y luchar contra Verstappen.
Russell, en unas declaraciones describió así el momento de la parada. “La bandera roja no era absolutamente necesaria. Obviamente, había bastante grava en la pista, pero la línea de carrera estaba limpia. Hemos visto cosas mucho peores en el pasado”.
El piloto británico también se quejó de que los equipos y pilotos intentan trabajar con la FIA, pero a veces parece un desafío. Su jefe de equipo, Toto Wolff, tampoco estuvo encantado con la actuación de la FIA debido a la interpretación a la hora de sacar las banderas rojas.
“No vimos venir las banderas rojas. Creo que las resalidas son un gran factor para el entretenimiento, pero necesitamos entender en un futuro cuándo se debe sacar una bandera roja, un coche de seguridad o uno virtual”. Finalizó diciendo que los accidentes de carrera se podían haber resuelto con alguno de los dos últimos.
George Russell tuvo que abandonar debido a un problema de fiabilidad del motor Mercedes. Pese a esto, la escudería consiguió un buen segundo con Hamilton, ya que rivales como Ferrari no sumaron puntos por la sanción de Sainz y el abandono de Charles Leclerc.