Red Bull no revolucionará su monoplaza de cara a la próxima temporada. Tras un inicio fulgurante, el RB20 ha demostrado numerosas carencias a lo largo de esta temporada. Con el Mundial de Constructores en serios apuros y el Campeonato de Pilotos siendo defendido por Max Verstappen a capa y espada, desde Milton Keynes apostarán por mantener su línea conceptual en 2025.
Christian Horner planteó que un cambio drástico para el próximo año no es necesario si la reglamentación se mantiene constante y aún existe curva de mejora. “No se puede proyectar demasiado lejos en el futuro. Lo que aprendemos este año es relevante para el que viene. Así que el coche de la próxima temporada será una evolución de este. Hay varios componentes del monoplaza del año pasado que se han trasladado a este. Porque con la forma en que funciona el límite de costes, a menos que haya una mejora significativa de ritmo, no tiene sentido cambiar”, explicó el inglés para Motorsport.com.
Por otra parte, todos los equipos tienen un ojo puesto en 2026. En caso de equivocarse en el desarrollo del RB21, esto podría repercutir de forma negativa a los recursos destinados para esa temporada. La asociación de Red Bull con la marca estadounidense Ford también juega un papel fundamental. Según el propio Horner, desde la estructura están invirtiendo muchos recursos para llevar a buen puerto el regreso de los americanos a la categoría.
“Es nuestro mayor reto. Hemos creado una empresa nueva, hemos fichado a 600 personas, construido una fábrica, puesto en marcha el proceso y reunido a un grupo de personas para que trabajen dentro de la cultura de Red Bull. Muchos han venido desde otros equipos y motoristas. Tenemos la ventaja de contar con Ford y esa relación está funcionando realmente bien. Pero, inevitablemente, creo que sufriremos a corto plazo. Pero vemos claramente una ganancia a largo plazo al tener todo bajo un mismo techo”, cerró Horner.
