El gran problema de Red Bull es el equilibrio del RB20. Con la introducción de diferentes piezas ha ido perdiendo ritmo hasta llegar a la situación de Monza. Max Verstappen terminó sexto, siendo el cuarto mejor coche.
El neerlandés teme perder el Mundial, no es para menos, porque cada semana su ventaja desciende. Al empezar el verano estaba 78 puntos por encima de Lando Norris y ahora la cifra está en 62 a falta de ocho carreras. “Tenemos una desconexión en el equilibrio que simplemente no está funcionando”, comentaba Christian Horner en unas declaraciones que recoge Motorsport.com.
Si hay falta de equilibrio, empiezan los problemas con los neumáticos, pero al arreglar un problema, aparece otro. Horner lo define de la siguiente manera. “En cuanto te encuentras en esa situación, los neumáticos sufren más. Entonces terminas compensando, modificando el equilibrio, solucionando un problema y creando otro. Así que acabas entrando en un círculo vicioso”.
Red Bull llamó la atención al llegar a Monza porque no usó un alerón trasero específico de baja carga aerodinámica. Horner asegura que no es el problema principal de su caída en la clasificación. “Creo que es más una cuestión de equilibrio. No tenemos una conexión entre la parte delantera y la trasera. Creo que Max no puede apoyarse en la parte trasera al entrar en la curva, ni tampoco Checo. Y luego terminas compensando eso. Entonces creas subviraje. Y está en una línea muy fina”.
El jefe del equipo británico puso de ejemplo el rendimiento del RB20 en clasificación. Con un neumático más desgastado pusieron el tiempo en 1:19.6, pero con los nuevos no mejoraron, el equilibrio se perdió por completo. Red Bull ha trabajado en Zandvoort y Monza con la intención de descubrir que iba mal. Han empezado con experimentos en el fondo plano, pero no hay soluciones claras. “Tenemos que darle la vuelta a la situación muy rápido. Creo que este circuito ha dejado al descubierto las deficiencias que tenemos en el coche respecto al año pasado”, zanja Horner.