Carlos Sainz afronta su último fin de semana en Monza como piloto de Ferrari y echa la mirada atrás a bonitos recuerdos. Será la última vez en la que corra en casa vestido de rojo y le gustaría tener una nueva oportunidad de subir al podio. El año pasado hizo la Pole y cruzó la meta tercero, dos recuerdos que nunca olvidará.
Sainz remarca que es momento de disfrutar de los bonitos recuerdos y de la conexión que ha tenido con los tifosi durante los últimos años. Durante este año, cree que los aficionados le han valorado más y se queda con eso. Ha sido un periplo muy especial para él, que ha acabado antes de tiempo, condicionado por el deseo de Lewis Hamilton de acabar su carrera con Ferrari.
“Es emocionante, por supuesto. Eso sí, como dije antes, estoy intentando disfrutar tanto como me sea posible. Creo que es un error que a veces hago y es fácil caer en él, que es dejar de estar disfrutando el presente, y creo que los fines de semana se vuelven rutinarios. Hay 24 carreras y se convierte en una rutina. Siento que me valoran mucho más, me apoyan aún más que lo que hicieron el año pasado, y me siento realmente querido”, ha comentado Sainz.
“Antes de venir aquí este fin de semana he intentado parar un poco, mirar alrededor y decir, bien, tengo un coche de Ferrari con opciones de podio o ganar este fin de semana, si todo va bien. Intento disfrutar ese momento, disfrutar el momento con los ‘tifosi’. También siento que desde el año pasado, la posición de Pole y el podio fue incluso mejor que el fin de semana que gané en Singapur”.
Durante estos cuatro años, Sainz ha vivido grandes momentos vestido de rojo. Uno de los más especiales fue su primer test en invierno de 2021, cuando al salir de Fiorano vio cómo le salía una lágrima a su padre los ojos. La Pole de Monza y el podio del año pasado también fueron increíbles, algo que le gustaría repetir en esta edición de 2024.
“Siempre hablo de mis primeras pruebas en Fiorano. Sé lo especial que es Fiorano para Ferrari y para cualquier piloto de Fórmula 1. En mis primeras pruebas en Fiorano, cuando ponía el mono rojo, y me vi con la roja rodando en el coche rojo, mi padre estaba ahí conmigo para ver ese momento especial y vi que soltaba una pequeña lágrima cuando subí en el coche para mi primer test”.
“Ese es un recuerdo que nunca olvidaré. Luego, obviamente, tu primer Monza, pero por seguro que mi pole aquí el año pasado y luego el podio. Ver tanta gente de rojo y todos cantando y gritando tu nombre, es algo que me quedará cuando tenga a mis hijos y les contaré lo que hice hace 40 ó 50 años. Es una buena historia para contar”, ha finalizado.
