Un debate recurrente en los últimos años es lo difícil que es para los pilotos jóvenes llegar a la Fórmula 1. Ser campeón de la Fórmula 2 no te garantiza tener un asiento en la máxima categoría, como bien han podido descubrir los dos últimos campeones de la categoría de plata.
Théo Pourchaire y Felipe Drugovich. Incluso Oscar Piastri, vencedor en 2021, tuvo que esperar un año, y romper un contrato con Alpine, para debutar en el Gran Circo. Por todo ello, y según ha publicado Motorsport.com, la Comisión de la F1, que se reunió en Londres esta semana, planteó la posibilidad de introducir ‘wildcards’, o comodines, para dar la oportunidad de debutar a pilotos jóvenes.
Esto sería una novedad en la categoría, pero algo que ya sucede en otras competiciones como es la F1 Academy —aunque en la cita en España no hubo— o en MotoGP, donde se ha visto el retorno de Dani Pedrosa en alguna ocasión. Sin embargo, esta idea fue desestimada por varios motivos. Los equipos deberían fabricar un tercer monoplaza, aumentando su gasto. Muchos equipos sufren para mantenerse dentro del límite presupuestario establecido por la FIA. También supone un problema de logística. Ningún circuito está equipado para albergar tres coches en sus garajes, ni ningún equipo puede destinar más ingenieros y mecánicos a un tercer monoplaza.
Así que, descartada esta idea, parece que la F1 deberá buscar otras para dar la oportunidad a unos jóvenes, que se tienen que conformar con pilotar alguna sesión de entrenamientos libres, test privados fuera del calendario oficial o, de manera ocasional, sustituir a uno de los dos pilotos titulares por enfermedad o lesión. Han sido varios los casos en los últimos años. Nyck de Vries a Alexander Albon, Liam Lawson a Daniel Ricciardo o Oliver Bearman a Carlos Sainz.