El piloto monegasco ha cortado su racha en Mónaco. Antes de esta había salido en dos ocasiones desde la Pole, pero este año no se podía escapar. Tras el accidente en la primera vuelta, lo complicado para todos los pilotos ha sido aguantar casi 78 vueltas con el neumático duro.
Charles Leclerc ya puede decir que ha ganado el Gran Premio de Mónaco, el de su casa. “No hay palabras para explicarlo. Es una carrera tan dificil, creo que haber empezado en Pole dos veces y no haber llegado aquí hace que esto sea mejor de alguna manera. Significa muchísimo. Este Gran Premio mi hizo querer ser piloto de Fórmula 1 algún día. Ha sido una carrera emocionalmente dificil porque a 15 vueltas del final esperas que nada suceda”, decía a los micrófonos de la Fórmula 1 al bajarse del SF-24.
El piloto de Ferrari ha tenido unas últimas vueltas complicadas porque se acordó de su padre y todo lo sucedido en años atrás. “Las emociones ya me estaban embargado. Estaba pensando en mi padre, más de lo que pensaba mientras pilotaba. Él lo ha dado todo para que yo esté aquí y era un sueño nuestro que competiera aquí y ganara”.
“Es realmente dificil. Al principio pensábamos que teníamos margen, pero sabíamos que 78 vueltas con un mismo neumático era muy dificil. Hemos hecho una gran gestión de los neumáticos y en las últimas diez vueltas he podido tirar. El coche se ha sentido increíble y gracias al equipo por el trabajo que han hecho en los últimos meses, por darme la oportunidad de haber ganado esta carrera”, añadía el monegasco sobre lo complicado que ha sido gestionar neumáticos.
Para terminar, Leclerc se ha acordado de todos aquellos que le han animado este fin de semana. “Simplemente muchas gracias. Las últimas vueltas han sido especiales y ver tantos de mis amigos, gente que conozco en los balcones ha sido realmente especial. Este apoyo que he tenido durante todo el finde semana significaba mucho para mí”.
