El equipo Red Bull ha copado gran parte de los titulares de la última semana. Su presentación del RB20 quedó opacada por las acusaciones contra el jefe del equipo,Christian Horner, por comportamiento inapropiado.
La investigación en torno a este tema lleva dándose un par de semanas, por lo que aún no conocemos los resultados sobre la misma. Independientemente de esto, las críticas ya se han vertido sobre la estructura austriaca y especialmente sobre la figura de Horner. Una de estas precisamente proviene de aquellos que serán sus aliados desde 2026: Ford.
«Como empresa familiar y empresa que se atiene a normas muy estrictas de comportamiento e integridad, esperamos lo mismo de nuestros socios. Nos parece, y así nos lo han comunicado, que Red Bull se está tomando la situación muy en serio. Por eso han abierto una investigación independiente. Hasta que no sepamos la verdad, es demasiado pronto para que hagamos comentarios al respecto«, dijo Mark Rushbrook, director de la compañía.
El propio Horner aclaró en la presentación del nuevo monoplaza de Red Bull que está colaborando con la investigación, pero sabiendo que sigue ocupando un puesto de responsabilidad en la marca. «Obviamente, hay un proceso en curso en este momento. Se han hecho algunas acusaciones que niego totalmente, cumplo con ese proceso y seguiré haciéndolo. Creo que ha quedado muy claro y la posición de Red Bull ha sido que todo sigue igual. Hay un trabajo que hacer y niego completamente las acusaciones que se han hecho», afirmó.
A falta de escasos días para el inicio de una nueva temporada de Fórmula 1, el entorno Red Bull se tambalea con este suceso. Se llegó a rumorear que la familia Verstappen había estado detrás de las filtraciones de De Telegraaf sobre el caso, aunque fue el propio Max Verstappen quien salió a aclarar que su relación con Christian «sigue siendo normal».
