Laia Sanz y Cristina Gutiérrez están dando mucho de que hablar en esta 46º edición del Dakar. Ambas han terminado la undécima Especial y están a 175 kilómetros de ver la meta.
En el caso de Sanz, en su tercera participación en coche, está a una jornada de la que sería su decimocuarta edición terminada en 14 participaciones. La de KH-7 y Maurizio Gerini han llegado a la meta arrastrando una rueda, por suerte, la avería tuvo lugar a 10 kilómetros del final. Han sido los segundos en la categoría 4×2.
Los 420 kilómetros hacia Yanbu no han sido fáciles, un infierno de piedras y terrenos rotos, pasos por cañones y muchas trampas. El gran reto era terminar sin muchos pinchazos y, por supuesto, no tener fallos terminales en los coches. En la décima Especial, Sanz tuvo problemas con el sistema de autoinflado.
“Teníamos claro que hoy sería una etapa muy difícil, de modo que hemos salido vigilando mucho para no pinchar, y aun así hemos pinchado. Da un poco de rabia porque hemos perdido tiempo por ir más lentos y, encima, por tener que cambiar una rueda, que es lo que queríamos evitar. De todos modos, hemos decidido seguir con cautela y entrar muy despacio a las zonas de piedras, porque hemos visto muchos participantes con problemas”, explica Sanz al llegar a meta.
El tráfico también ha sido la otra preocupación de Sanz. “Tampoco podíamos hacer mucho más, porque hemos ido todo el día metidos en el polvo de otros coches. Hemos seguido adelante con paciencia, Maurizio ha navegado bien”. Pero es entonces cuando llegó el fallo que más preocupó a la pareja.
“A diez kilómetros del final, en una parte en la que ya íbamos con cuidado porque teníamos una rueda trasera que perdía aire lentamente, se ha roto una rótula de un trapecio de suspensión. No teníamos las piezas para intentar una reparación, así que hemos seguido hasta el final y hemos llegado arrastrando la rueda delantera izquierda. Estamos muy contentos de haber podido acabar, porque esto mismo te pasa un poco más atrás y te cuesta horas”, concluía Sanz.
Y Cristina Gutiérrez que busca terminar segunda en la categoría Challenger. Lo tiene todo de cara porque ‘Chaleco’ López está lejos. La lástima es que Mitch Ghutrie ha ido con pies de plomo desde la descalificación de Eryk Goczal y, salvo fallo importante, ganará. La burgalesa se centró en hablar de la undécima etapa, para ella, “durísima”.
“En el kilómetro 30, en el mismo momento, hemos tenido dos pinchazos: nos hemos quedado sin ruedas. Claro, sabíamos que era la etapa más complicada de pinchazos… así que he bajado el ritmo muchísimo, me he estresado demasiado pero bueno, hemos conseguido llegar hasta el final”, decía Gutiérrez, que en 2025 disputará el Dakar con Dacia.
La piloto de Red Bull espera que todo vaya bien en la última jornada, 175 kilómetros para la meta y con una ligera esperanza de ganar. “Además, no nos hemos perdido demasiado tiempo así que estamos felices de estar aquí, en el final de la etapa once. Queda mañana y ojalá todo vaya bien porque hoy, de verdad: ha sido una locura”.
