Jessica Hawkins espera que su test en Hungría con el AMR21 no sea el último a los mandos de Fórmula 1 como embajadora de Aston Martin. La británica cumplió un sueño, pero espera que todo no se quede ahí. Sus sensaciones fueron lo suficientemente buenas y cree que hizo méritos como para ganarse una segunda oportunidad.
Hawkins afronta su tercer año como piloto embajadora de Aston Martin y en 2023, tuvo un premio con un Aston Martin en Hungría. La británica fue la primera mujer piloto en subirse a un Fórmula 1 en más de cinco años y cumplió un sueño. Espera volver a tener otra oportunidad pronto. Mientras tanto, entrenará a Tina Hausmann, la representante del equipo en la F1 Academy.
“Fue obviamente increíble. Todo lo que soñé durante tantos años se cumplió y mucho más, aunque no me gustaría que sólo fuese un test. Espero que no haya sido el último. Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para asegurarme de que puedo pilotar un coche de Fórmula 1 de nuevo”, ha comentado Hawkins.
Hawkins recuerda lo complicado que es encontrar fechas para un test durante el invierno. Los equipos están mayormente centrados en su coche de la próxima temporada y el tiempo tampoco es el ideal. La británica deberá seguir trabajando duro en la fábrica para ganarse una segunda oportunidad que está segura que llegará en algún momento. Seguirá ligada a Aston Martin con la ilusión de tener más y más peso en una estructura que no deja de crecer.
“Me lo estoy tomando semana a semana, pero en Aston Martin conocen mis sensaciones y creo que hice un trabajo lo suficientemente bueno para volver a subirme. Nunca digas nunca. No he hablado con ellos sobre los planes para otro test, no hay fechas confirmadas aún. Lo bueno es que todo fue bien e incluso me llegué a sorprender a mí misma. Estaba bastante contenta”, ha finalizado.