Mercedes terminó la temporada pasada con una sola victoria conseguida por George Russell. Tras la pretemporada de este nuevo año se ven con posibilidades de ganar en más ocasiones durante el 2023, pero el W14 parece arrastrar problemas del pasado.
Russell perdió toda la tarde del viernes por un fallo hidráulico, que tuvo al equipo en vilo durante toda la noche. El problema no se reprodujo el sábado, donde el británico completó buenas tandas en la mañana, mientras que Lewis Hamilton hizo lo propio por la tarde. Eso sí, sus tiempos comparados con los de Red Bull eran lentos e incluso Aston Martin parecía estar por delante.
Hamilton, ante la prensa, confesó que no se habían conseguido los objetivos. “Así que no estoy orgulloso de que se haya logrado el punto de inflexión en términos de rendimiento. No estoy orgulloso de que el W14 no haya logrado todos los objetivos de desarrollo”.
El siete veces Campeón del Mundo si da la cara por su equipo, que no se rinde a pesar de los contratiempos que están sufriendo. “Orgulloso de que el equipo no se dé por vencido a pesar de todas las adversidades. Eso no suena como si hubieras arañado la curva”, decía en palabras que recoge Motorsport-Total.com.
La gran debilidad del W13 era el porpoising y parece haber desaparecido. “El rebote que teníamos prácticamente se ha ido, y eso es un paso gigante para nosotros. Es bueno poder tomar las curvas sin rebotar. Pero todavía hay algunas cosas más profundas que tenemos que superar”.
Mercedes ha descubierto que algunas configuraciones no son adecuadas para el nuevo monoplaza y eso les puede retrasar en algunas carreras. “Algunas de las limitaciones de balance que tuvimos el año pasado todavía están ahí”, explicaba Hamilton.
