El interés del fondo soberano de Arabia Saudí para adquirir la Fórmula 1 se coloca en el ojo del huracán. A escasas horas de que arranquen las presentaciones de los nuevos monoplazas para 2023, la noticia que ocupa todos los titulares es la posible venta de la F1 a Arabia Saudí.
Estas noticias han llegado a los oídos del jefe de Red Bull Motorsport, Helmut Marko. Un reciente informe publicado por Bloomberg ha hecho saltar las alarmas. En él se afirma que, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí (PIF) ha estado en contacto con el titular de los derechos comerciales de Liberty Media. Sin embargo, la oferta que estaba estimada en más de 20.000 millones de dólares ha sido rechazada.
Pese a ser desestimada su primera oferta, el fondo saudí no ha cesado su interés por la F1. Tras acoger infinidad de eventos deportivos en los últimos años, el Gran Circo es el último “capricho” que quieren sumar a su cartera de franquicias.
A día de hoy, la Fórmula 1 todavía no se ha pronunciado al respecto. El que sí ha querido hablar sobre los hechos ha sido el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem. El emiratí ha querido expresarse sobre el posible acuerdo con el fondo saudí.
Ben Sulayem, mostró en sus declaraciones su escepticismo ante la supuesta valoración de 20.000 millones de dólares. Calificó la oferta de “precio inflado”. Pese a ello, también expresó su preocupación por que el dinero pueda anteponerse a un plan “sostenible” que tenga en cuenta la idea de futuro de la F1.
En este momento de la película, la Fórmula 1 se pronunció ante las declaraciones del presidente de la FIA. La categoría reina del automovilismo las calificó de “inaceptables” y habló de intromisión de la Federación Internacional de Automovilismo en los derechos comerciales.
Sobre el informe en cuestión que hizo saltar todo por los aires se le preguntó a Marko. El austriaco admitió que una oferta de 20.000 millones de dólares sería buena para la F1 en términos económicos. Sin embargo, sugirió que la venta del deporte a Arabia Saudí no sería tan buena.
«Creo que no sería tan bueno si fuera a un país que es culturalmente diferente de donde se celebran la mayoría de las carreras», dijo Marko a RTL.
Pese a todo el revuelo que se está formando, la Fórmula 1 tiene vigente un contrato de diez años con Arabia Saudí. Esto ha provocado que diversas asociaciones de derechos humanos hayan acusado a la F1 de “lavar la cara del deporte” al régimen del país.
Incluso algunos pilotos han mostrado su disconformidad cuando toca correr en el Reino. Lewis Hamilton admitió su rechazo a correr en Yeda el año pasado. El británico recibió una carta de un joven preso que iba a ser ejecutado y decidió elevar la voz en favor de los derechos humanos, en un país y en un circuito en el que todo fueron restricciones para la F1 en su viaje al circuito de Jeddah.
Como consecuencia del activismo político del británico entre otros, la FIA ha tomado cartas en el asunto y este año los pilotos tendrán prohibido expresar su opinión política durante los fines de semana de carreras. Esta decisión ha molestado por completo a Helmut que ha arremetido duramente contra las normas.
«Está claro que es un error», afirmó Marko. “Son ciudadanos responsables que están en el punto de mira de la opinión pública mundial y que saben cómo y qué tienen que decir».
Tajante y conciso, Marko se une a las protestas por las nuevas medidas de la FIA que ponen en tela de juicio la democracia deportiva de la F1. «En general, estamos en una sociedad democrática y todo el mundo puede expresar su opinión», sentenció el de Red Bull.