La Scuderia italiana, gracias a su longevidad en la Fórmula 1, tiene el derecho de vetar cualquier tipo de cambio. La FIA ha mediado y Ferrari ya ha firmado un preacuerdo sobre el reglamento de unidades de potencia de cara a 2026.
Ferrari no estaba de acuerdo con la nueva división Red Bull Powertrains porque consideran que no se les puede tratar como un nuevo fabricante de motores, ya que llevan muchos años trabajando junto a Honda. Al ser tratado como nuevo motorista, Red Bull recibirá 25 millones de dólares en tres años y más horas en el banco de pruebas.
El equipo italiano habría aceptado las nuevas normas, según avanza Corriere dello Sport, certificando su primera derrota política después de no recibir apoyo por parte de las demás escuderías. De hecho, no fueron invitados a una reunión que tuvo lugar el pasado mes de diciembre sobre el nuevo reglamento.
Se desconoce que es lo que ha ganado Ferrari para proceder a la firma. Podría tener relación al rechazo de la idea de Audi, que proponían prohibir técnicas de construcción con impresión 3D para componentes estructurales.
Al menos, la FIA ha conseguido que los hombres de Frédéric Vasseur no activen su derecho a veto. Algo que hubiera supuesto una guerra entre equipos, en un momento en el que la Fórmula 1 está en pleno crecimiento.
Red Bull Powertrains empezará a operar en 2026, pero la idea original era empezar a guardar sus motores desde este 2023. Desde el pasado Gran Premio de Japón, Honda cambió partes del acuerdo que tenía con los austriacos y vuelven a hacerse cargos de las unidades de potencia. De hecho, los motores se llaman Honda RBPT.