En Red Bull se vivió un final de temporada algo controvertido. A Sergio Pérez no le gustó la desobediencia de Max Verstappen en Brasil cuando se jugaba el subcampeonato con Charles Leclerc. Para 2023, Daniel Ricciardo estará en la recámara, pero es algo que no preocupa a ‘Checo’.
Desde la temporada 2016, cuando Red Bull decide subir a Verstappen al equipo oficial, los austriacos han intentado por activa y por pasiva ganar un Mundial con el neerlandés. Ya llevan dos, es el hijo preferido de los papás y en Brasil volvió a quedar claro.
Red Bull jugó bien sus cartas lanzando a Verstappen a por Leclerc para quitarle puntos en esa lucha por el subcampeonato. De no conseguirlo volvería a dejar pasar a Pérez, pero no hizo ni una cosa, ni la otra. Algo que mosqueó al mexicano: “Si tiene dos campeonatos es gracias a mí”. Días después de la carrera, los actuales campeones admitían que las órdenes hacia Max llegaron demasiado tarde, pero no, la primera advertencia que se dio fue en la curva cuatro de la última vuelta.
Si es verdad que Pérez ha sido un buen escudero, sobre todo en 2021. Supuestamente, el neerlandés se la tenía guardada desde Mónaco porque ‘Checo’ habría admitido que su accidente durante la clasificación fue apropósito. Una estrategia para conversar la tercera plaza y dejar detrás a su compañero.
Red Bull ha firmado para 2023 a un viejo conocido, Daniel Ricciardo, quien asumirá el rol de reserva. A Pérez no le preocupa en absoluta, ya que su contrato termina en 2024. “Estoy muy relajado. Vivimos bajo mucha presión todo el tiempo, eso no cambia nada de mi parte”, comentaba en un evento celebrado en Milton Keynes a Sky Sports F1.
Al contrario, se alegra de que el australiano esté de regreso. “Creo que es un gran logro para el equipo tener un piloto como Daniel. Va a contribuir mucho a nuestro equipo. Es un gran tipo, es uno de los tipos con los que más me llevo en el paddock. Es genial tener a Daniel en el equipo y, por mi parte, no cambia nada”, comentaba.