Tras seis temporadas en la IndyCar, las cuatro últimas con Carlin, Max Chilton ha decidido dejar de lado esta categoría y centrarse en la Resistencia. Su objetivo es estar en Le Mans, pero ve complicado que sea este 2022, ya que fichó por McMurtry Automotive para desarrollar el nuevo coche de estos.
El mejor resultado de Chilton estos últimos años ha sido un décimo en Road America. El equipo británico ha remado a contracorriente desde que entró en IndyCar y eso no entraba en los planes del piloto. “Fue mi decisión detener la IndyCar y es algo en lo que he estado pensando durante un tiempo. Tenía un par de negocios que quería expandir, pero no tenía tiempo, así que tomé la decisión. No voy a colgar las botas, por eso no he anunciado nada desde que hice mi última carrera en IndyCar. No quiero que la gente piense que me retiro”, comenzaba diciendo Chilton para Autosport.com.
Chilton quiere buscar un asiento en el Campeonato de Resistencia y volver a disputar Le Mans, como hizo en 2015 con Nissan. “Me encantaría hacer LMDh, pero no creo que eso vaya a suceder esta temporada, pero tener un año fuera no es un gran problema. Me encantaría volver a participar en Le Mans, eso es lo que me apasiona, y espero tener la oportunidad de hacerlo en 2023. Lo de 2015 fue un proyecto que fracasó, por lo que nunca tuve una oportunidad adecuada en Le Mans”, admitía.
“Dudo mucho que surja algo para este año, porque no estoy presionando activamente para lograrlo, y la temporada está a la vuelta de la esquina, y van a estar probando muy pronto. Así que seguiremos trabajando en eso, mientras miramos a Le Mans para 2023”, continuaba al respecto.
Hablando de sus años con Carlin, el británico reconoce que han dado grandes pasos, pero necesitan algo más por culpa del crecimiento de la IndyCar. “El automovilismo es competitivo en general, pero IndyCar en los últimos cinco o seis años se ha vuelto más competitivo que nunca y los equipos que lo están haciendo mejor son los equipos de varios coches”, zanjaba.