Lewis Hamilton aterriza en Abu Dabi con la oportunidad de coronarse como campeón del mundo por octava vez en su carrera, algo que sería todo un hito. El de Mercedes llega empatado a puntos con su rival, Max Verstappen, y sabe que tendrá que terminar más arriba que él para alzarse con el título.
Para ello, el británico debe andarse con mucho cuidado, ya que está a tan sólo una reprimenda de ser sancionado, dado que en Arabia Saudí le cayó una por obstaculizar a Nikita Mazepin durante la tercera sesión de entrenamientos libres. Una reprimenda es algo que en principio no debería dar problemas.
El caso es cuando se empiezan a acumular. Ahí el piloto debe andarse con ojo para no incurrir en una sanción, como le sucede ahora a Hamilton. Su primera reprimenda tuvo lugar en el Gran Premio de México, donde se reincorporó a la pista por una zona no permitida por los comisarios. La segunda fue la mencionada anteriormente en Jeddah, con el Haas de Mazepin, acción por la cual fue además multado con 25.000 euros.
En caso de una tercera reprimenda, Hamilton sería penalizado con un total de diez puestos en la parrilla, algo que prácticamente dejaría en bandeja el campeonato a Max Verstappen. El reglamento es claro y dice los siguiente: «Cualquier piloto que reciba tres amonestaciones en un mismo campeonato, al imponerse la tercera, recibirá una sanción de diez puestos en parrilla».
«Si el incidente tiene lugar durante la misma carrera, la penalización de diez posiciones se aplicará en el próximo evento que dispute el piloto. La sanción de diez puestos solo se impondrá si al menos dos de las advertencias se impusieron por una infracción de pilotaje».
Con esto, hay una posibilidad de que Hamilton se salve de una posible sanción, y es que la reprimenda le caiga durante la carrera. Desde Mercedes estarán muy pendientes de esto y ya le habrán avisado a su estrella de que no cometa ningún error tonto que le pueda dificultar su camino al título.