Honda está ante su última temporada en Fórmula 1. La decisión fue montar el motor que estaba previsto usarse en 2022 y eso ha provocado diferentes ajustes en el RB16B que han tenido su impacto en la aerodinámica.
La marca japonesa fue agresiva en este diseño simulando el que no funcionó en 2015 en su etapa con McLaren. Una unidad que provocó muchos problemas de refrigeración con un turbo más pequeño que no dio el rendimiento esperado. Se ha estado revisando el concepto y Honda ha dado con la tecla.
“Revisamos cada parte y el tipo de concepto de nuestro PU anterior, y luego diseñamos el PU de este año como un nuevo PU. Por supuesto, nuestro deseo de mejorar nuestro rendimiento en nuestro PU significa ICE y ERS. Además, con el nuevo diseño lo hicimos un poco más compacto en comparación con el PU anterior. Creo que también ha contribuido al paquete del coche y al rendimiento”, comentaba Toyoharu Tanabe en declaraciones que recoge Motorsport.com.
El nuevo diseño también ha permitido a Red Bull jugar con la aerodinámica y ha salido ganando. “Como resultado, cuando el motor está instalado en el chasis, aumenta el grado de libertad del flujo de aire que fluye dentro del monoplaza. En otras palabras, ha contribuido a la aerodinámica”.
Los comentarios positivos por parte de la escudería austriaca ya han llegado. “Es difícil llegar a cifras exactas en cuanto ha aumentado la carga aerodinámica y cuánto se ha mejorado el tiempo de vuelta, pero Newey dijo que estaba agradecido de que la unidad de potencia sea más compacta y contribuya a la nueva instalación”, continuaba Tanabe.
Parece que Red Bull y Honda ya encontrado un camino común para afrontar una temporada y el gran reto de vencer a Mercedes. Lo hicieron el sábado en clasificación, algo que muy pocas veces han hecho, y a punto estuvieron de llevar la primera victoria de la temporada.