El director ejecutivo de la Fórmula E, Jamie Reigle, ha reconocido que se opuso completamente a que las nuevas regulaciones se atrasaran una temporada. El británico quería tener al Gen3 ya para la campaña 2021-22, dado que pensó en el momento en el que tomaron la decisión final que los tiempos de pandemia no iban a durar tanto.
La Fórmula E también entrará en una nueva era en la temporada 2022-23, con un nuevo monoplaza que recibirá el nombre de Gen3. Con el cual esperan que los coches sean más rápidos, y quizá las carreras puedan pasar de disputarse con tiempo a disputarse por un número exacto de vueltas, como en la Fórmula 1. Con ese cambio de normativa, la categoría eléctrica confía en dar un nuevo paso al frente.
La llegada del Gen3 estaba prevista para la octava temporada, la 2021-22, pero finalmente tendrá que esperar a la novena. La próxima campaña las regulaciones seguirán siendo las mismas, ya que en los tiempos de pandemia actuales, lo mejor es atrasar este cambio radical un año más, al igual que lo ha hecho la Fórmula 1. Reigle reconoce que en su día no apoyó la idea, ya que creía que la pandemia no iba a durar tanto tiempo.
“Estaba totalmente en contra del aplazamiento. Obviamente, me equivoqué con un dato, ya que pensaba que la pandemia iba a estar a punto de terminar a estas alturas. Eso sí, era el momento de tomar una decisión que iba a afectar desde 2023 a 2027, y llegó en el oscuro 2020. Además, tenemos que asegurarnos de que la tecnología es relevante”, ha declarado Reigle.
Para la temporada 2021-22, la Fórmula E ya tiene sus dos primeras bajas, dado que Audi y BMW abandonan la categoría con la mirada puesta en otras competiciones. Eso sí, el Gen3 es sinónimo de esperanza, pues McLaren ya se ha reservado un hueco para debutar en la Fórmula E en dicha temporada, aunque todavía nada es oficial.