El pasado 25 de octubre Lewis Hamilton entró una vez más en la historia de la Fórmula 1 tras batir el récord de victorias de Michael Schumacher. El británico ya cuenta con 93 triunfos en su palmarés, una marca impresionante. Eso sí, la cual también ha recibido muchas críticas, especialmente la de la superioridad de Mercedes o la de la ausencia de rivales.
Primero de todo, yo creo en que todos están de acuerdo en el gran trabajo que ha hecho Hamilton para llegar a su mejor nivel temporada tras temporada. El vigente campeón del mundo ha demostrado un gran compromiso y una gran dedicación para estar preparado año tras año para competir en la élite de la categoría. La actitud de Lewis para triunfar creo que es lo único que no se puede poner en duda.
¿Coche superior? Sí, pero no siempre
No obstante, llega lo que sí se puede poner en duda. Claro está que el Mercedes ha sido muy superior durante la era híbrida, pero no ha sido un rival intocable en las siete temporadas. De 2014 a 2016 no tuvieron rival, ni tampoco lo han tenido en 2020, pero en los tres años que hay de intervalo sí que ha sido así. Ferrari y en ocasiones Red Bull estuvieron cerca e incluso por encima en algunos momentos.
Durante esas tres temporadas (especialmente las dos primeras), Hamilton tuvo que trabajar realmente duro y hacer actuaciones de campeón en varias carreras. 2017 y 2018 son los títulos más complicados para Lewis desde que llegó a Mercedes y en ambas temporadas sí que tuvo presión, y hablaremos de ello un poco más tarde, antes vamos a hablar de su primer rival, Nico Rosberg.
Rivales y momentos de presión
Decir que Hamilton nunca ha tenido presión en su etapa en Mercedes es algo exagerado, ya que en su primer año dominante (2014) sí que la tuvo. En su lucha con Rosberg, el británico sufrió hasta tres abandonos por uno del alemán hasta el Gran Premio de Italia, donde tras un déficit de 20 puntos, Lewis fue una apisonadora y recortó esa desventaja hasta ganar su segundo título de campeón. El británico fue clínico en los momentos clave y ganó seis de esas últimas siete carreras, dejando a Rosberg con la miel en los labios.
En 2017, por primera vez en toda la era híbrida, Hamilton vio como Ferrari estaba ahí e incluso por encima en la mayor parte de la primera mitad de dicha temporada. Sin embargo, el británico fue una apisonadora en la segunda mitad del año y ganó cinco de las siguientes seis carreras (en la que no ganó fue segundo) para dejar el campeonato a tiro para él. Pese a comenzar por detrás la segunda mitad de año (12 puntos frente a Vettel) en seis carreras esa diferencia pasó a ser de más de 60 a favor de Lewis. La presión de perder un nuevo Mundial no le afectó en absoluto.
Eso sí, sin duda, la mejor demostración de lidiar con la presión de Hamilton fue el año 2018, el cual fue su mejor año en Fórmula 1. El británico remontó desde la última posición hasta la segunda en Silverstone tras un toque en la primera vuelta, y en la carrera siguiente en Alemania cuajó otra gran remontada desde el 14º lugar hasta ganar la carrera. Lewis en esos momentos estaba por detrás de Vettel en el Mundial y fue capaz de salvar la situación bajo presión volver a lo más alto.
Esos además no fueron los únicos momentos increíbles de Hamilton aquel año. En el Gran Premio siguiente en Hungría (circuito donde Ferrari tenía un coche superior) se marcó una vuelta fantástica bajo la lluvia que le permitió hacer la Pole y ganar la carrera al día siguiente. Pese a ello, Ferrari seguía siendo superior y en Bélgica e Italia lo dejaron claro. Vettel estaba a 17 puntos de Hamilton y con un 1-2 en Monza en clasificación, los italianos tenían todas las de ganar y recuperar puntos.
No obstante, Hamilton tenía otros planes y en la primera vuelta de carrera, en la segunda variante de Monza realizó un adelantamiento impresionante por fuera a Vettel, uno de los mejores adelantamientos de primera vuelta de los últimos años. Ahí además no quedó la cosa, ya que acabó ganando aquel día el Gran Premio y estableciendo una diferencia de 30 puntos sobre Vettel. Con aquel adelantamiento, Lewis dejó muy tocado a Sebastian y ese Mundial visto para sentencia.
Michael Schumacher no triunfó ni mucho menos con un Minardi
Por último, cabe mencionar que para llegar a lo más alto año tras año necesitas un arma capaz de ello, y eso es lo que también tuvo Michael Schumacher en su etapa triunfal en Ferrari. Sí, el alemán tuvo que trabajar más y esperar cinco años hasta ganar su primer campeonato en el año 2000, pero luego fue una apisonadora. Además, de sus cinco títulos consecutivos tan solo tuvo rivales en el 2000 y 2003 ambos dos pilotos fineses, Mika Häikkinen y Kimi Räikkönen. Esos cinco Ferraris que estuvieron en manos del alemán fueron cinco apisonadoras que tanto en 2001 como en 2002 y 2004 tan solo dejaron las migajas a sus adversarios.
La clave del éxito en Fórmula 1 es tener el mejor coche y a poder ser, también el mejor piloto, o el más consistente. Esa clave es la que han podido llevar a cabo tanto Ferrari como Mercedes con Schumacher y Hamilton respectivamente y ambos demostraron un gran compromiso año tras año. Ambos no tuvieron rivales salvo en años contados, lo cual deja claro que eran los mejores en el mejor asiento. Las dos etapas son muy dominantes, por lo que restar valor a una para dárselo a otra, no es lo más justo.
¿Ha sido un camino de rosas?
Hamilton no lo ha tenido tan fácil como parece, pero él tiene mucho mérito, pues lo ha hecho parecer fácil. El británico en los momentos en los que llegó la presión simplemente estuvo a su mejor nivel, sin errores y con un pilotaje de campeón, mientras que sus rivales fallaron. Para ser campeón se necesita la velocidad, el talento, las armas y la consistencia, y en eso en los últimos años nadie ha estado a la altura de Hamilton y Mercedes.
Con esto un servidor no viene a decir que Hamilton sea mejor que Schumacher, sino que ambos récords deben de ser valorados con el respeto y admiración que merecen. Lewis ha hecho un trabajo de un nivel impresionante en los últimos siete años y gracias a ello tendrá la oportunidad de engrosar aún más esa cifra en lo que queda de 2020, año en el que está a nada de igualar el récord de siete títulos de campeón del mundo, que también ostenta Michael.