McLaren llega al Autódromo de Monza con un objetivo muy claro: puntuar con ambos coches. De las ocho carreras disputadas, en solo tres han conseguido finalizar los dos monoplazas en los puntos. Sin embargo, esta falta de regularidad no les impide ocupar la tercera posición en el Campeonato de Constructores.
Hasta la fecha, la temporada de McLaren se puede calificar como exitosa, sobre todo por la parte que incumbe a Lando Norris. El inglés está realizando una sensacional temporada, demostrando velocidad, talento y regularidad. No obstante, si Lando es la cara de la moneda, a Carlos Sainz le ha tocado ser cruz. El futuro piloto de Ferrari lleva una temporada agridulce, donde ha alternado buenas actuaciones con fallos de toda índole. El apogeo de su mala suerte se vivió en Spa cuando no pudo iniciar la carrera por un problema en el tubo de escape.
Lando Norris
El año del joven piloto es espectacular. Norris demuestra carrera a carrera que está llamado a ser uno de los pilotos referencia en la categoría. Poco a poco, la madurez y la experiencia se asientan en él.
«Hemos tenido un inicio positivo en estos tres Grandes Premios seguidos. La competencia en ambos campeonatos es muy grande, por lo que perder oportunidades de puntos se nota mucho. Monza es uno de los circuitos más emocionantes del calendario y se puede adelantar, por lo que estoy impaciente de que llegue el viernes».
Carlos Sainz
El español quiere empezar en Monza una racha que le permita subir posiciones en el Campeonato de Pilotos. En sus seis años en la Fórmula 1, solo ha conseguido puntuar en este circuito en una ocasión, en el año 2018 con Renault.
«Es muy frustrante mirar hacia atrás y ver todos los puntos que hemos perdido por diferentes problemas. Me siento bien en el coche y estoy convencido de que mi suerte cambiará si seguimos concentrados y trabajando duro. Las características de Monza suelen ser buenas para adelantar, por lo que la carrera debería ser emocionante».
Expectativas del equipo
Como en las anteriores carreras, el objetivo del equipo es estar lo más arriba posible durante la carrera para ver si alguno de los tres de arriba tienen problemas. El podio está más barato que nunca, por lo que es fundamental aprovechar cualquier error.