El Mundo se ha paralizado por completo por el COVID-19. Todos los eventos de motor han sido suspendidos, pero ahora toca trabajar para que cuando se puede volver a la normalidad, se disputen todas estas carreras que han quedado en el aire.
Decimos que la Fórmula 1 tardó en tomar decisiones, pero la IndyCar no se quedó corta. A pocos minutos de comenzar las diferentes sesiones en las categorías soporte, se anunció que el Gran Premio de St. Petersburgo se iba a disputar sin público. Al día siguiente se oficializó que este evento no iba a tener lugar de ninguna de las maneras y también suspendiendo tres carreras más.
El Presidente y Jefe Ejecutivo de Penske Entertainment, Mark Miles espera que la categoría pueda volver a la normalidad a partir de mayo e iniciando la temporada con la doble cita en Indianápolis: “Tienen que saber qué haremos todo lo posible para tener las 500 Millas de Indianápolis y el Gran Premio en mayo. Si de alguna manera eso no es factible, analizaremos todas las otras posibilidades”, dijo tras anunciarse la cancelación de estas cuatro primeras citas.
La intención es correr en todos aquellos lugares que no se puede a día de hoy debido a la situación, pero Miles asegura que el más complicado de reubicar será Long Beach: “Queremos tener una temporada lo más completa posible. Queremos competir en todas nuestras ciudades. Diré que Long Beach ha dicho que se canceló. No veo ninguna oportunidad de reprogramarlo más adelante en el año”.
“La conclusión es que ahora no sabemos lo suficiente como para saber qué es posible. Lo que podemos hacer es monitorear la situación sin cesar y estar en una gran comunicación con nuestros promotores y todos nuestros oficiales y concentrarnos en mayo. Desde nuestra perspectiva, nuestra esperanza, nuestra ambición, nuestro plan es reiniciar en mayo y entrar en la mayor cantidad de temporada posible”, finalizaba.