El piloto británico debutará en Fórmula 1 con Williams, un histórico que ha tenido uno, sino el peor, de los peores inicios de temporada de toda su larga y laureada historia
George Russell llegó a la Fórmula 1, marcando lo que se ha patentado como ‘un Leclerc’. Subió a la GP3 en 2017, y la ganó a la primera con mano de hierro; Subió a la Fórmula 2, y también la ganó a la primera, haciéndolo también sin un contrincante claro que le hiciera frente, ya que tanto Lando Norris como Alex Albon, los otros ‘rookie’ de la Fórmula 1 este año, no dieron lo suficiente para hacer frente al #63.
Williams fichó a Russell y a Kubica para resarcirse de una temporada 2018 bastante negativa para los de Grove, con un coche muy pobre y con dos pilotos que nunca estuvieron a la altura del equipo. Esta vez, con dos pilotos que sí parecen estar a la altura, el equipo, ha tenido prácticamente tres días menos de rodaje que el resto, y lo que han rodado ha dejado mucho que desear, dejando a los británicos, claramente un paso por detrás de todos los demás equipos.
“Estaría mintiendo si dijera que no somos los más lentos en este momento. Creo que esa es la realidad, está claro que tenemos mucho trabajo por hacer. Lo positivo fue que dimos un gran paso adelante desde que me subí al coche por primera vez. Luego otro y espero que la siguiente vez que me ponga al volante demos otro. Entendemos los problemas, lo reconocemos y estamos haciendo todo lo posible para rectificarlos”, recitaba el vigente campeón de la F2.
Al contrario que Kubica, que mandó más de un mensaje envenenado al equipo, Russell se mostró confiado con la gente que trabaja: “Estoy muy contento con la cantidad de vueltas realizadas, pero obviamente se trata de los tiempos y es probable que todavía podamos mejorar. Estábamos a una gran distancia de todos los demás. Todavía estoy muy motivado y con mucha energía. Las tandas de ritmo de carrera, sinceramente, fueron buenas”
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